Estamos cerrando un año con muchos kilómetros recorridos y algunos proyectos que van tomando forma. Somos cada vez más conscientes que mantener una vida como nómadas digitales requiere más planificación y enfocar esfuerzos para lograr objetivos. Queríamos despedir el año con una nota resumen de nuestra vida nómada en este año para pasa y poner sobre la mesa los proyectos y desafíos que nos deparan para el año que viene.

Arrancamos 2024 con todo
Comenzamos 2024 viajando por nuestra querida Córdoba en Argentina. Fueron casi 3 meses recorriendo distintos puntos de las sierras cordobesas, donde conocimos algunos lugares escondidos de la vista de los viajeros. Desde casas perdidas en el serpenteante sendero que marcan los ríos en el medio de montañas, hasta hogares sustentables en el medio del espeso monte lleno de vida salvaje. Córdoba tiene un encanto especial, que combina naturaleza con la buena onda de su gente. Sin dudas nos quedan muchos rincones por explorar en esta mágica región de Argentina.
Recalamos nuevamente en Buenos Aires, donde pasamos 2 meses y medio realizando trámites presenciales y poniéndonos al día con nuestra vida familiar. Activamos el tema de la venta de la casa, ya que tenerla nos impide poder viajar cómodos sin tener que lidiar con problemas de mantenimiento y seguridad en cada viaje. La situación económica del país aún estaba muy deprimida, por lo cual decidimos postergar el tema hasta fin de año.
En Europa por 4 meses
Luego de un par de meses en Buenos Aires, llegó la hora de volar al viejo continente. Este plan tenía como primera parada Estocolmo, donde nos esperaban casi 3 semanas en los suburbios. Antes habíamos hecho una pequeña escala en Estambul, donde pudimos disfrutar de un city tour para ver los principales puntos de referencia de la antigua capital del imperio Bizantino.
Estocolmo nos recibió con un clima excelente, luego de estar lloviendo y nevando hasta una semana atrás de nuestro arribo. Tuvimos mucha fortuna, porque nos encontramos con una ciudad radiante, viva y con mucha energía contenida luego del crudo invierno.
Habiendo disfrutado a pleno la capital de Suecia, tocó el turno de volver a visitar España. Esta vez comenzamos nuestro tour por Paterna de Rivera, un pequeño poblado de 6 mil habitantes cerca de Cádiz. Ahí estuvimos 2 semanas y media para luego recalar en Arbucies, otro poblado pero de Cataluña. Allí habíamos planificado pasar los próximos 3 meses, pero sufrimos algunas contingencias por lo que tuvimos que recalcular el plan inicial. Entonces, tuvimos que reducir nuestra estadía a sólo 1 mes allí.
Tanto Paterna de Rivera como Arbucies son pueblos típicos del interior de España, lo que permite ver ese contraste con las principales ciudades donde viven a otro ritmo y el día a día es totalmente distinto. Nos encantan los trazados zigzagueantes de sus calles a la vez que ofrecen mejor contacto con la naturaleza y la tranquilidad que caracteriza a estos remotos parajes.
Luego llegó el turno de pasar 1 mes y medio por Barcelona y alrededores. En la ciudad estuvimos exactamente 1 mes, para luego finalizar nuestra estadía por España en Ocata, un poblado con una extensa playa unos kilómetros al norte de la ciudad. Barcelona es una ciudad atrapante, cómoda y muy latina. Realmente nos sentimos como en casa, pero con todo lo bueno y lo malo de Europa.
Algo que rescato de poder disfrutar una gran ciudad como Barcelona, es que el transporte público es muy bueno y variado, con lo cual uno siempre tiene opciones para moverse y disfrutar de cada rincón de la ciudad. Lamentablemente el turismo masivo está haciendo estragos varios puntos de España y Barcelona no es la excepción, teniendo que lidiar con la depredación sin control de un fenómeno al que no se le ponen límites y la política mira hacia otro lado. Esto se traduce en muchos servicios deficientes y precios irracionalmente caros.
Un destino inesperado
Estábamos entre volver a casa o descubrir alguna nueva oportunidad para seguir viajando. Fue así que aprovechamos ofertas de temporada baja de lugares con playas paradisíacas. Por eso, decidimos continuar nuestro viaje hacia el oeste saltando el Atlántico, para llegar a México.
Concretamente a Cancún, donde nos trasladamos a nuestro siguiente destino en Playa del Carmen. Allí nos esperaban 15 días de aventuras, recorriendo playas y hasta una visita a la isla de Cozumel. Luego nos mudamos otros 15 días a Tulum, donde además de hacer playa recorrimos ruinas Mayas y algunos cenotes.
Nos sorprendió lo difícil que es llegar a la playa en ambos lugares, sobre todo en Tulum que casi no tiene playas públicas. Todo lo contrario a España donde todas las playas son fácilmente accesibles. Todo es una cuestión política y ver dónde se pueden explotar mejor los recursos, pero que permitan que las playas sean privadas e inaccesibles es algo que nunca vamos a entender.
Esta región de México nos pareció sobre explotada y creemos que podría ser un problema a largo plazo, porque parece poco sostenible. Además se nota la depredación sobre la selva y sus recursos naturales lucen descuidados. De todas maneras, creemos que México es un país grande y nos dará muchas más oportunidades para seguir conociendo su cultura y bellezas naturales que esconden otras regiones.
Terminando el año con nuevos proyectos
Finalmente en octubre pegamos la vuelta hacia Argentina, donde nos esperaba una nutrida agenda. Además de retomar el tema de la venta de la casa, surgió una oportunidad para explotar un departamento familiar en Buenos Aires que se desocupaba de un alquiler. Decidimos que era buena oportunidad para aprovechar mejor el intercambio de casas en plataformas que nos permitieran poder ahorrarnos el alquiler y poder viajar más holgados. Al momento de escribir estas líneas estamos en pleno proceso para dejarlo listo para ocuparse.
Hacia fin de año haremos nuestro último viaje de 2024, pero esta vez en plan familiar. Es un ritual de la familia de Ale pasar las navidades fuera de Buenos Aires, y los destinos van variando entre las costas de Argentina y las playas sudamericanas. Pero siempre en la playa. Es la única condición que es innegociable. Este año toca ir a las costas de Bávaro, en República Dominicana.
Vamos a terminar un 2024 a puro viaje y muy metidos en nuestros proyectos de viajes nómadas. Esperamos que 2025 nos acompañe con la venta de la casa y sacarnos las ataduras que eso conlleva. También esperamos tener el departamento disponible para recibir a otros nómadas y seguir sumando experiencias en otras regiones a explorar.
Hasta el momento, tenemos planeado volver a Floripa desde febrero hasta mediados de marzo de 2025. Luego, entre septiembre y noviembre esperamos volver a nuestra guarida de Sosúa en República Dominicana. Y en el medio, ojalá se concrete la venta de nuestra casa. Sino será para finales de 2025 o principios de 2026. Esperar un añito más.
Esperamos que este 2025 sea un año de oportunidades y sueños a cumplir. Eso es lo más importante, no dejar de soñar y proyectar. La vida es una sola y tenemos que ser los protagonistas. Pero para eso hay que moverse y nunca quedarse cómodos donde estamos. ¡Viva la vida nómada!
¿Cuáles son tus metas para 2025? Comparte tus comentarios debajo.