Toda historia tiene un comienzo. Hubo un primer viaje bautismal que encendió la llama de los viajes eternos. Es imposible relatar todos los detalles de esta bitácora, un viaje que duró casi 2 meses. Así, me enfocaré en los hitos más destacados. Como es una larga historia, voy a dividir los posts en varias partes para que sea más amena la lectura. Espero que sea de su agrado.
La planificación del viaje
Recién nos estábamos conociendo con Ale, allá por el 2011, nada más y nada menos que en una red social para viajeros llamada Couchsurfing. La misma ofrecía varios métodos para conocer gente viajera, y el más conocido era alojar o ser alojado/a en casas particulares de forma gratuita.
Aprovechando las bondades de esta plataforma, nos embarcamos en la organización de un “extenso” viaje por Europa que finalmente realizamos a mediados de 2012. Extenso nos parecía en ese momento, porque nuestros viajes no duraban más de 15 días por vacaciones. Elegimos Europa porque tiene la mejor combinación de historia, ciudades y paisajes; todo a distancias cortas que facilitan la logística.
Planificar (y vivir) una experiencia de viaje de 50 días, y en un continente que nunca habíamos visitado, era soñado.
Yo aún trabajaba en una oficina como consultor informático y planteé tomarme más días sin goce de sueldo. Ale aún estaba estudiando veterinaria y tenía un empleo en un departamento dentro de la facultad de pocas horas por semana, por lo que con un trámite obtuvo su permiso de ausencia.
Como teníamos un presupuesto acotado y queríamos aprovechar al máximo cada día de esa aventura, decidimos comenzar a planificar todo cuanto antes. El viaje lo haríamos en Junio de 2012, pero comenzamos con los preparativos en noviembre de 2011. ¡6 meses antes del viaje! Y menos mal que lo hicimos ya que la experiencia fue de lo mejor.
Compra de pasajes
El primer punto a resolver fue asegurar los aéreos.
Comprar los aéreos con la suficiente anticipación hace que consigas las mejores ofertas y no tengas que hacer malabares con las escalas y el equipaje. Compramos primero los pasajes más importantes que eran los de ida y vuelta Buenos Aires – Madrid. Decidimos empezar por España porque era más accesible.
Una vez definida la ida y vuelta, llegó el turno de discutir qué haríamos. Nada muy complicado. Comenzamos a tirar ideas y tratar de encontrar el mejor equilibrio entre ciudades y naturaleza. Y así se fue pintando el mapa: España, Francia, República Checa, Austria, Italia y Grecia. En ese orden.
Luego fuimos asegurando los pasajes aéreos dentro de Europa, ya que algunas de las distancias que recorríamos ameritaban utilizar ese medio de transporte pensando en la relación “distancia-precio” al compararla con otros medios de transporte.
No todo se puede resolver con anticipación, pero estábamos convencidos que todo lo que se pudiera planificar y reservar con la mayor anticipación posible nos libraría de dolores de cabeza durante el viaje.
Por otra parte, es sumamente habitual que los pasajes aéreos aumenten de precio cuanto más cerca se está de la fecha de viaje. Lo mismo ocurre con los alojamientos, donde los que tienen mejor relación precio-calidad se agotan primero.
Sabemos que la improvisación suena emocionante y aventurera, pero todas las veces que nosotros o algún conocido improvisó sus viajes fuera del país, vivió mucho estrés en el proceso, y a veces eso te impide disfrutar el momento.
Recuerdo que ya estando en Praga compramos con poca anticipación el tren hacia Viena, pero eso lo resolvimos así porque no sabíamos cuántos días íbamos a estar en esa ciudad y tuvimos suerte de conseguir pasajes sin problemas. Seguramente los pagamos más caros por la cercanía de fechas, pero como dijimos también antes, no todo se puede resolver con tanta anticipación.
Reserva de alojamientos
Como nuestro plan consistía en ir a Europa en temporada súper alta (julio y parte de agosto, que son los meses del verano) también era muy importante reservar nuestros alojamientos con anticipación, porque en la mayoría de destinos turísticos es casi imposible conseguir algo aceptable en cuanto a calidad con un presupuesto limitado.
Así lo hicimos, pero decidimos primero probar suerte dentro de Couchsurfing, ya que nuestra consigna de viaje era maximizar el uso de esa plataforma no sólo para ahorrar dinero, sino también para conocer gente local que pudiera ayudarnos a recorrer mejor los lugares sin caer en el circuito turístico típico.
Este proceso llevó mucha dedicación. Buscar candidatos en las zonas donde iríamos, leer sus perfiles para asegurarnos que tuvieran algo en común con nosotros, redactar y enviar mensajes personalizados, negociar fechas, confirmar, etc. Luego de haber vivido la experiencia aseguro que valió la pena 100% hacer el esfuerzo.
Ya con todo planificado al detalle, nos esperaba una gran aventura por delante. Continúa leyendo la parte 2.